por Daniel Pacheco
Ante la saturada realidad que se vive por el recale del sargazo en el Caribe Mexicano, la falta de voluntad política de los 3 órdenes de gobierno y la urgencia de solucionar el impacto ambiental, turístico y económico; especialista señala que procesar la macroalga en biogás es la opción más recomendable.
Esto se ha ignorado a pesar de que el proyecto se presentó desde el 2019, como una solución al fenómeno que comenzó en 2011, regresó en 2015, explotó en 2018 y continua creciendo en 2021.
Norma Muñoz Sevilla, investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), indicó además que de no tomar decisiones adecuadas próximamente se estarán presentando también problemas de salud entre la población a causa de los lixiviados, arsénico y gases, producidos en la descomposición del sargazo al acumularse en las costas del estado de Quintana Roo, sin considerar el daño que se ha generado durante la ultima década por que las autoridades no han dado un destino final adecuado ni siquiera se ha formulado una normativa eficiente al respecto.
Además, recalcó que no se puede continuar siendo irresponsables y decir que es posible hacer zapatos, casas o libretas con sargazo, cuando ahora se sabe que tiene un elemento altamente tóxico como lo es el arsénico, haciendo más complicado ésta problemática multifactorial y que mientras no haya autoridades que enfrenten el problema junto con las comunidades, los afectados y autoridades no se avanzará positivamente, acrecentando diariamente la amenaza al acuífero de la peninsula.
Lo anterior fue señalado al discutir en un panel de especialistas organizado por la red de planetarios de Quintana Roo, al finalizar la proyección del documental “FLOWS: TODO ESTÁ CONECTADO”, el segundo en la serie documental de Klaus Thyman, desde el Río Amazonas al Caribe Mexicano, en donde participaron también la bióloga Catalina Galindo de Amigos de Isla Contoy, A.C.; el Dr. Jaime González Cano de INAPESCA; la Dra. Rosa Rodríguez (ICMyL-UNAM) y la Dra. Brigitta I. Van Tussenbroek (ICMyL-UNAM).