por Daniel Pacheco
Un lustro ha pasado en Playa del Carmen desde la masacre en medio de la clausura del festival BPM en el icónico Blue Parrot, con 6 muertos y varios heridos; sin que la percepción de impunidad, desgracia y hermetismo hayan cambiado desde el 16 de enero del 2017, marcando un parte aguas en el impacto de la violencia en la Riviera Maya y el estado de Quintana Roo.
Ya es enero del año 2022 y todavía no se tiene información oficial acerca de personas hayan sido detenidas, aunque si se ha conocido la afectación en la imagen internacional del corazón de la Riviera Maya y con el paso de los años los casos de violencia con armas de fuego se han intensificado casi al doble, pasando de 49 en todo el 2017 a 99 en 2020 y 86 durante el pasado 2021.
Y es que esa madrugada murió también la inocencia de las noches festivas en Calle 12, que si bien se nutria de excesos, jamás había probado la combinación de sangre y plomo con dimensiones virales y que en pocas horas acaparó los titulares nacionales e internacionales, despidiendo incluso al BPM del Caribe Mexicano para llevárselo a sedes en Portugal y este año en su versión del 12 al 18 de enero en Tamarindo, Costa Rica.
DESDE EL 2017 QUEDARON PROHIBIDOS LOS FESTIVALES MASIVOS DE MÚSICA ELECTRÓNICA EN PLAYA DEL CARMEN
De acuerdo a Novedades de Quintana Roo, en noviembre del presente 2022 deberá desclasificarse como reservada la información relativa al caso, al que se le impuso un candado legal por “comprometer la Seguridad Pública” al exponer la carpeta de investigación, según el criterio del Comité de Transparencia de la Fiscalía General del Estado a finales del mismo 2017.
El festival de música electrónica BPM clausuraba en el Blue Parrot su décimo aniversario de organizarse de manera consecutiva en Playa del Carmen, cada año se realizaban fiestas en diversos puntos durante 10 días y sus noches.