Después de los efectos del huracán Beryl por el Caribe Mexicano, se ha comenzado a realizar un diagnóstico sobre la salud de la zona norte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, con el objetivo de evaluar si hay daños y determinar la estrategia de ayuda para su restauración.
Esto, especialmente porque las afectaciones previas detectadas por el blanqueamiento de los corales, el cambio climático y la contaminación han disminuido la capacidad de resistencia de dichos ecosistemas marinos; por lo que brigadas de voluntarios “Guardianes del Arrecife” han comenzado sus trabajos de campo.
Melina Soto, representante en México del programa Arrecifes Saludables para Gente Saludable, explicó que aunque la información preliminar infiere que no hay daños mayores por el impacto del pasado ciclón tropical, los arrecifes si están estresados, pues tienen mucho menos como recursos.
“Ya no es como antes no antes, que estaban muy adaptados y no era tanto problema. Hoy en día pues si necesitan un poquito de nuestra ayuda. Por eso que en el estado de Quintana Roo se contrató una póliza de seguro para pues hacer frente un poquito a esas emergencias y hay varias brigadas, que son pues grupos de ciudadanos, de gente local, que se han capacitado para justamente los días después con el juez del Huracán”, dijo la especialista.
De acuerdo a Guardianes del Arrecife, desde el 2018 se implementó un Seguro Paramétrico de Emergencias, con fondos por más de 40 millones de pesos, que es destinado a la atención y rescate de arrecifes afectados por huracanes y tormentas. Dicho seguro se activa si un fenómeno hidrometereológico cumple con ciertos parámetros de velocidad del viento y área de impacto. Al activarse, se liberan fondos para reparar los daños, pero se requería personal capacitado para llevar a cabo esta crucial labor.
