Después de que activistas exhibieran la contaminación por derrame de concreto a causa de las obras de construcción del puente sobre la laguna Nichupté de Cancún la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) reconoció los hechos, aunque minimizó el impacto argumentando el material vertido no es tóxico, que ya logró ser controlado y que se ubicaba en lejos del principal cuerpo de agua.
Fotos cortesía: Periodismo Objetivo
Sin embargo, los ciudadanos exigieron a las autoridades ambientales que se realice una investigación más profunda para diagnosticar el impacto que se tuvo entre los ecosistemas de ésta geografía específica.
De acuerdo al informe de las autoridades, tras una recorrido sobre la obra con el residente encargado Jorge Santiago Martínez y la bióloga Silvia Sánchez Santacruz, fueron 4 metros cúbicos de concreto los que se filtraron sobre el agua durante el proceso de colado de la infraestructura federal, aunque aseguraron que se evitó su dispersión mediante los protocolos.